domingo, 19 de octubre de 2014

Tarta degradada de chocolate blanco



¡Buenas tardes/noches de domingo!


Hoy me he dado cuenta de lo mucho que llevaba sin aparecer por aquí y me dije a mí misma: ¡ya va siendo hora!


Además, tengo muchas recetas que contaros que están en lista de espera...y esta es una de ellas.


Como apariencia...maravillosa, por dentro...sorprendente, y, ¡además está buenísima! Sobre todo si eres un/a fanátic@ del chocolate blanco, o en todas sus versiones, como yo.


Entra dentro de la categoría de "layer cakes" por su dimensión: tres maravillosos pisos de altura rellenos, y por su cobertura: frosting de chocolate blanco.


Como recomendación principal: utilizar 3 moldes, de 15 o 18 cm. (aunque admito que esta tarta vuelve loco a cualquiera, y puedes querer hacer más y más pisos, con un rosa de todas las tonalidades), uno por cada piso que hagas, ya que así es mucho más cómodo y el horneado mucho más rápido que si vamos alternando un mismo molde, teniendo que lavarlo para que no se mezclen los colores, etc. Lo ideal además, es que el tamaño de cada una de las capas sea el mismo, para lo que es necesario que los moldes tengan la misma cantidad de masa. Puedes ayudarte de un medidor (de los que se utilizan para hacer cupcakes) o simplemente de una báscula para comprobar que el peso de la masa es siempre el mismo. Así, no sólo queda más bonita estéticamente, sino que los tres bizcochos se hornearán de la misma forma.


La receta la he extraído del gran libro "El Rincón de Bea", el cual os recomiendo encarecidamente comprar, por sus tantas y tantas recetas de layer cakes, foam cakes, muffins, cupcakes, galletitas, etc. así como sus maravillosas explicaciones y algo importante...¡puedes seguir las recetas al pie de la letra sin miedo a que te salga algo mal! No obstante, esta receta la he adaptado a mis gustos...así que también lleva un poquito de mí...¡espero que os guste!


INGREDIENTES:

  • 125 g. de chocolate blanco
  • 170 ml. de leche
  • 225 g. de azúcar blanco normal
  • 60 g. de azúcar de caña
  • 100 g. de mantequilla ablandada
  • 215 g. de harina
  • 2 huevos 
  • 1 cucharadita de levadura
  • Mermelada (o cualquier otro relleno que prefieras, yo utilicé mermelada de fresa).
  • Colorante rosa
Para el frosting utilizaremos...
  • 75 ml. de nata para montar
  • 90 g. de chocolate blanco
  • 100 g. de azucar blanquilla (azucar glass, o icing sugar)
  • 100 g. de mantequilla a temperatura ambiente

MODO DE PREPARACIÓN:

Calentamos en un cazo la leche, el chocolate blanco partido en trocitos, el azúcar moreno y 85 g. del azúcar blanco, llevándolo lentamente a ebullición y sin dejar nunca de remover. Reservamos y lo dejamos enfriar totalmente.



Engrasamos en primer lugar con aceite o spray desmoldante 3 moldes de 15 cm. y los preparamos con papel de hornear en su base, para que no se pegue. Precalentamos el horno a 170ºC (un poquito más si tu horno es convencional, sin aire).

Tamizamos la harina junto con el polvo de hornear, y reservamos.

Batimos la mantequilla junto con el resto de azúcar hasta conseguir una mezcla blanqueada y esponjosa. Añadimos uno a uno los huevos, ligeramente batidos antes, y batimos a velocidad baja. No debemos agregar el siguiente hasta que el anterior esté completamente integrado. Bajamos la velocidad y añadimos el harina en dos veces, hasta que esté integrada.


Muy lentamente añadimos la mezcla del chocolate blanco que habíamos reservado previamente, y batimos. Terminamos de integrar a mano con una espátula, cuidadosamente, sin que queden restos sin mezclar. 

Dividimos la masa entre los 3 moldes, de forma que tengan la misma cantidad. Vamos añadiendo colorante rosa (o del color deseado) en diferentes proporciones, de más a menos, para poder ir observando el color más oscuro e ir echando menos cantidad, de forma que nos queden tres masas coloreadas en degradado. Alisamos perfectamente la superficie para que no queden burbujas de aire, dando unos golpecitos contra la mesa. 





Horneamos entre 25 y 30 minutos. Los bizcochos estarán horneados cuando los bordes se separen un poquito del molde y la superficie se dore ligeramente. Los sacamos del horno y lo dejamos reposar 30 minutos dentro de los moldes sobre una rejilla. Cuando estén tibios los extraemos mediante un cuchillo, deslizándolo por los bordes, los desmoldamos y los dejamos enfriar por completo.

Cuando estén totalmente fríos, los envolveremos en papel film y los dejaremos reposar hasta el día siguiente. ¡Cuidado con el manejo de los bizcochos en caliente! Son bastante frágiles.

Para la cobertura prepararemos un cazo con la nata, y la calentaremos hasta que apenas empiece a hervir. La echamos sobre el chocolate que tendremos cortado previamente en trocitos en un bol, y lo removemos hasta que se derrita por completo. Obtendremos una crema de la consistencia de leche condensada, y la dejaremos enfriar a temperatura ambiente.

Por otro lado, batimos a velocidad baja la mantequilla y el azúcar, durante 3 minutos. Agregaremos lentamente cucharadas de la mezcla de chocolate que habíamos preparado y dejado enfriar previamente. Continuamos batiendo durante 1 minuto.

Si la crema sale muy blandita, la dejaremos reposar unos minutos en la nevera.

Luego sólo nos queda montar los bizcochos por el orden de degradado que prefiráis, intercalándolos con relleno. Y cubrir de manera uniforme tooooda la tarta con el buttercream resultante, decorándola a vuestro gusto. ¡Deliciosa!

Yo utilicé mermelada de fresa casera, ¡es la mejor de todas!








¡Besitos degradados!

lunes, 7 de julio de 2014

Pionono salvaje relleno de chocolate




¡Buenas tardes!


Después de muchos meses sin actualizar, al fin vuelvo a aparecer por aquí, ¡ya lo echaba de menos!


Y es que entre estudiar para los exámenes de fin de curso, hacerlos, que si el inicio del veranito, carnet de conducir (que por cierto, ya lo he sacado) y unos días de descanso...no he tenido un minuto.


Hoy os traigo una receta muy original. La descubrí un día sin querer, al ver una foto colgada en Internet. No me lo podía creer: era un pionono...¡con estampado de leopardo! Y eso que yo no soy muy fan del estampado "leopardino", pero a la vista queda un postre que parece muy difícil de hacer, pero que os aseguro que con un poquito de maña, mucha paciencia y tiempo...¡se consigue! Además, podéis conseguir el estampado que queráis con la misma técnica, únicamente cambiando el dibujo y los colores.


Esta receta la saqué de uno de los vídeos de "Las cosas de Loli", en Youtube (http://youtube.com/cosasdeloli), concretamente lo tenéis aquí paso a paso perfectamente explicado: Pionono con impresión de leopardo.


INGREDIENTES:
  • 2 cucharadas de cacao en polvo
  • 1 cucharadita de levadura
  • 75 g. de harina
  • 100 g. de azúcar
  • 3 huevos
  • Colorante amarillo
  • Papel de hornear
  • Plantilla impresa con el estampado que queramos (opcional)

MODO DE PREPARACIÓN:

Lo primero de todo es dibujar el estampado impreso que queramos realizar sobre el papel de hornear, en este caso, estampado de leopardo. Podemos imprimir una imagen previa, y luego pasarlo a lápiz sobre el papel de hornear (el cual es prácticamente transparente y permite "calcar" cualquier dibujo que queramos a la perfección). Para el estampado de leopardo yo comencé utilizando una plantilla de Internet, y continué realizando manchitas a mi modo, ya que el trozo de papel de hornear resulta ser bastante grande. Tendremos que armarnos de paciencia y rellenarlo entero de manchitas de diferentes tamaños.

Comenzamos separando las yemas de las claras. Batimos estas yemas junto con el azúcar hasta que blanquee la mezcla, a velocidad media-alta. Añadiremos al bol la harina junto con la cucharadita de levadura ya mezcladas y tamizadas mientras removemos para que se integre perfectamente.

Por otro lado, batimos las claras hasta que monten a punto de nieve. Estas claras montadas las añadiremos al bol en el que hemos realizado la masa anterior, removiendo de forma envolvente para que no se desintegren.

De la mezcla resultante, extraemos un par de cucharadas a un bol pequeño, al que añadiremos una cucharadita de cacao y lo mezclaremos hasta que tome un color marrón. Extraemos una cucharada a otro bol con media cucharadita de cacao y este lo teñimos con el colorante amarillo (¡Cuidado con las cantidades! No queremos un amarillo muy fuerte). Reservamos la mezcla que nos sobra. 

Tal y como se explica en el vídeo, rellenaremos las manchitas por el lado contrario al que las hemos dibujado (para que no haya restos de tinta o lápiz) con una manga pastelera rellena de crema de color amarillo para el centro de las manchas, y con otra de crema de color marrón para el exterior de las manchas. 

Una vez tengamos todo el papel de hornear cubierto, lo metemos al horno a 180º durante un minuto y medio solamente. Volvemos a extraerlo y añadiremos el resto de la crema sin teñir que nos había sobrado al principio, extendiéndola por encima con suavidad y de manera que quede perfectamente lisa, y lo introducimos al horno a 180º durante unos 10 minutos. 

Finalmente lo sacamos del horno y lo envolvemos directamente en su propio papel, cuidando no quemarnos, y lo envolvemos en un paño húmedo para que no pierda elasticidad. Una vez haya enfriado en su totalidad lo podemos rellenar al gusto, en mi caso lo he rellenado de crema de chocolate...¡para chuparse los dedos!






Besitos con sabor a pionono :)


jueves, 13 de marzo de 2014

Condensed milk cookies (o lo que es lo mismo: galletas de leche condensada)


¡Buenas tardes!


Y taaaaaaan buenas. Hace un sol precioso, últimamente en Asturias no podemos quejarnos...¡y la falta que hacía!


Llevo un tiempo de descanso, y por fin me he puesto las pilas para actualizar...que ya veía yo un poco sosillo esto.


Hoy os traigo una receta facilísima: galletas de leche condensada. Y de paso, inauguro nueva sección en mi blog, la de las galletas :)


Yo estas concretamente las hice para mi hombrecillo en San Valentín, pero podéis hacerlas en cualquier momento. Son suaves y muy pero que muy blanquitas y amorosas.


INGREDIENTES:
  • 125 g. de mantequilla a temperatura ambiente 
  • 50 g. de azúcar glas
  • 1 yema de huevo
  • 350 g. de maicena
  • 200 g. de leche condensada
  • Chocolate o mermelada y gelatina para decorar

MODO DE PREPARACIÓN:

En primer lugar precalentaremos el horno a 150º (un poquillo menos si es de ventilador). Comenzamos tamizando el azúcar y la maicena en distintos boles y reservamos. Mezclamos en otro recipiente la leche condensada, la yema de huevo y la mantequilla. Lo batimos todo hasta obtener una crema.





Añadimos poco a poco el azúcar glas tamizado, cuidando las cantidades y la velocidad al batir si no queremos que nuestra cocina se vuelva una nube polvo. Después, incorporamos la maicena con el mismo proceso, mezclándolo bien hasta lograr conseguir la textura que necesitamos para poder trabajar la masa con las manos.




Una vez tengamos lista la masa (puede que haya que dejarla reposar un ratito en la nevera) hacemos las galletas con la forma que más nos guste sobre el papel de hornear. Si queremos decorarlas luego, haremos marquitas sobre la superficie con el dedo de manera que se forme un hueco (¡sin llegar a convertirlo en un donut!).





Por último, hornearemos a unos 150º durante 15 minutos las galletas, vigilándolas para que no pierdan su característico color blanquecino. Cuando pase el tiempo fijado, las dejaremos enfriar fuera del horno sobre una rejilla y las decoraremos a nuestro propio gusto. Yo las decoré con chocolate con leche (únicamente necesitáis fundir unas onzas de chocolate al baño maría) pero también pueden decorarse a modo de pastas de té: sólo necesitáis poner la mermelada que más os guste en un cazo, junto con una hoja de gelatina previamente hidratada en agua y escurrida, y remover hasta que hierva y tenga la textura ideal. Sea como sea...¡seguro que os quedan monísimas!












¡Un besito con sabor a galleta!

domingo, 26 de enero de 2014

Cupcakes Red Velvet con un toque navideño


¡Buenos domingos!


Al fin he acabado los dichosos exámenes (suena feo decir eso cuando este año no hay queja, sólo he tenido dos), y por fin he decidido actualizar el blog, que ya iba siendo hora...


De hecho hoy os traigo una receta típica y que además está muuuuuy rica. Los hice para la cena de Nochebuena, y como siempre... no quedó ni uno. Y la ilusión cuando Edu se comió uno chiquitín... un chico al que no le gustan los Cupcakes con alguien como yo es inconcebible, así que el pobre me tiene que aguantar casi haciéndole que engulla todos los que pueda. En fin...




Yo precisamente pensé en los colores de la Navidad.

Rojo: Papá Noel, lazos de regalos, adornos del árbol, papel de regalo, ropa interior en Nochevieja, color de la buena suerte...
Blanco: La nieve, el frío, el invierno, las vacaciones de Navidad...




Así que los Red Velvet no son sólo para regalar a tu novia en un ataque de romanticismo o para cocinárselos a tu pareja el día de San Valentín. No, desde ahora mismo (o mejor dicho, desde el día de Nochebuena) son unos Cupcakes para hacer también en Navidad. Porque sé que aunque llegue un poco tarde a finales de enero... os van a encantar.


¡Vamos con la receta!


INGREDIENTES:

Para el bizcocho...

  • 120 g. de mantequilla a temperatura ambiente 
  • 320 g. de azúcar
  • Una cucharadita de extracto de vainilla.
  • 2 huevos 
  • 275 g. de harina
  • 2 cucharadas de cacao en polvo
  • 250 g. de suero de leche
  • Colorante rojo alimentario o emulsión Red Velvet (es más adecuada)
  • Una cucharadita y media de levadura química
Para la buttercream de queso y vainilla...
  • 250 g. de queso tipo Philadelphia
  • 250 g. de mantequilla a temperatura ambiente.
  • 250 g. de azúcar extrafino
  • Media cucharadita de extracto de vainilla
  • Colorantes en gel (opcional)
Para la decoración...
  • Podemos usar fondant para hacer figuritas, migas del bizcocho para decorar, purpurina roja...


MODO DE PREPARACIÓN:

Precalentamos el horno a 175º C y forramos las placas para cupcakes con cápsulas bonitas.

Ponemos en un cuenco la mantequilla, el azúcar y la vainilla, y batimos hasta que la mezcla se vuelva esponjosa. Batiendo con rapidez añadimos los huevos, previamente batidos en un bol. Si la mezcla se cortase, debemos dejar de añadir huevo y echar un poquito de harina antes para que cohesione la masa.

En otro cuenco, mezclamos la harina y el cacao. Mezclando a velocidad lenta, añadimos la mitad de la preparación de harina y cacao a la mezcla de la mantequilla, seguido de la mitad suero de leche. Luego incorporaremos el resto de la harina y el cacao, y el resto de suero. No debemos mezclarlo demasiado. Añadimos el colorante rojo o Red Velvet, hasta que veamos que la mezcla adquiere un intenso color rojo (debemos echar suficiente, ya que el cacao oscurece mucho la preparación y corremos el riesgo de que quede un tono marrón oscuro tras hornear). Finalmente añadimos la levadura de forma rápida y ligeramente, sin dejar de batir.


Cuando la mezcla esté lista, rellenaremos las cápsulas de los cupcakes a dos tercios de su altura.

Los hornearemos durante unos 15 o 20 minutos. Los cupcakes estarán listos cuando las superficies parezcan secas y al hundirlas con el dedo vuelvan a su posición. También podemos hacer la prueba con un palillo, si al clavarlo sale seco, ya están listos. En este caso, los sacaremos del horno y los dejaremos enfriar unos instantes antes de colocarlos en las rejillas, para que se enfríen por completo.

PARA LA BUTTERCREAM:

Colocamos la mantequilla y un tercio del azúcar y batimos hasta que esté unido y parezca esponjoso. Añadimos el otro tercio y repetimos. Añadimos el resto del azúcar y continuamos batiendo sin que queden grumos. Incorporamos el queso poco a poco hasta que se integre, y finalmente el extracto de vainilla. Cuando la mezcla sea homogénea y esponjosa, la refrigeraremos para que adquiera la consistencia adecuada antes de decorar con la manga.









¡Un besito con sabor a crema de queso! (Y feliz año, o felices 11 meses restantes del 2014)


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